La prueba inaugural de la temporada 2008 de la NASCAR Sprint Cup Series es, en efecto, una prueba más, pero si la cita es en Daytona el resultado va mucho más allá. Ryan Newman ha logrado inscribir su nombre al final de una selecta lista de magníficos que han ganado esta singular carrera.
Ryan Newman, un ganador que no estaba en las quinielas
Y aunque probablement Newman no esté en condiciones de luchar por el título a final de temporada, su magnífica victoria en Daytona -con la inestimable ayuda de su compañero de equipo Kurt Busch- le ha servido a él, al equipo Penske y a la marca Dodge en general, para salir al paso de críticas recibidas por el bajo rendimiento ofrecido en estas últimas temporadas. Newman ganó tras 82 carreras sin visitar el Victory Lane, mientras que las dos pasadas temporadas no se clasificó para la Chase for the Cup.
Newman debutó oficialmente en 2002, aunque había participado ya en 8 carreras antes de esa temporada. Desde entonces sus ganancias por resultados siempre han sido superiores a 5.000.000 $ anuales, lo que refleja un altísimo nivel. Pero ni eso, ni sus 13 victorias, ni haber sido elegido Rookie del Año en su debut, lo han acabado de lanzar al estrellato. Se le ha colgado la etiqueta de buen calificador-pobre competidor, puesto que sus buenas calificaciones (el año pasado logró 5 pole-positions) no se traducen en resultados materiales. A buen seguro que afrontando la próxima carrera en Fontana desde el frente de la clasificación, el piloto de Indiana va a intentar convencernos que estamos equivocados.
Penske Racing da una lección de trabajo en equipo
La última vuelta de la carrera fué toda una exhibición de compañerismo y trabajo en equipo de los hombres de Roger Penske, a quien como propietario solo se le resistía esta prueba tras haberlo ganado todo en su carrera.
La bandera blanca que indicaba el inicio del giro 200 vió como Tony Stewart iniciaba la última vuelta en cabeza con su nuevo Toyota Camry, con Newman y Kurt Busch cerca aunque no pegados. Un poco más atrás el nuevo compañero de Stewart en Gibbs Racing, Kyle Busch, intentaba asociarse con los pilotos que le seguían para lograr empuje por la línia interior. Una vez más el pequeño de los Busch pecó de ambicioso e incluso de egoísta al centrarse en su propio resultado, puesto que tuvo que contener a Dale Earnhardt Jr. y a varios pilotos más con hambre de victoria, habiendo de emplear maniobras defensivas que le restaron velocidad, y dejando totalmente desprotejido y con una montaña de aire por atravesar a su jefe de filas.
Con este increible regalo, los hombres de Penske hicieron todo lo contrario. Esperaron a la compensación de la curva 2 para ponerse a la altura de Stewart y justo entonces -y no antes- quedaron perfectamente alineados entre ellos, de tal forma que se creó el "vacío virtual" entre sus dos coches, lo que liberó de presión el coche de Kurt Busch. El Dodge número 2 empezó a coger velocidad hasta contactar con el 12 de Newman, a quien empujó como si de un columpio se tratara. Al llegar a la curva 3 iban a 195 mph, mientras Stewart, completamente solo, a penas llegaba a 182. Ya en ese punto, los 2 Dodge perdieron contacto entre si y la inercia ya fué suficiente para que Newman y Busch recorrieran toda la curva 4 por el exterior rebasando a Stewart, hasta que antes de entrar a la meta Busch cerró el interior para evitar que Stewart se les acercara. Fantástico doblete.
Un calmado inicio de carrera
Nadie puede negar que los hombres del equipo Hendrick Motorsports eran los principales favoritos para conseguir ganar la carrera. El vigente campeón, Jimmie Johnson, partía desde la pole, Jeff Gordon siempre ha brillado en esta carrera, Dale Earnhardt Jr. apuntaba a repetir la victoria lograda en la Budweiser Shootout y en el Duelo Gatorade, mientras que Casey Mears siempre queda en un plano más discreto. En los primeros compases de la carrera, los 3 hombres fuertes empezaron amenazantes desde la primera vuelta. Johnson solo estuvo las 2 primeras vueltas en cabeza hasta que Denny Hamlin se asoció con su compañero Tony Stewart para llegar al frente, al verse frenado por Johnson. Por detrás de ellos, Gordon y Dale Jr. rodaron en el top-5 buena parte de las primeras 80 vueltas, en las que no hubo ninguna bandera amarilla. Entre los 5 pilotos se disputaron las 5 primeras plazas en todo este periodo, y solo en la primera parada a boxes en la vuelta 38 cedieron el mando a Dave Blaney.
Error en el repostaje de Johnson
A partir de ese momento empezaron los problemas para Hendrick. Johnson desapareció de las primeras plazas, mientras la carrera seguía dominada por los Toyota de Joe Gibbs, en este caso el de Kyle Busch, que se puso al frente con mano de hierro. En la segunda parada a boxes, el calvario se incrementa para Johnson, que sufre un problema cuando le colocan su rueda posterior izquierda. Puesto que las detenciones habían sido con bandera verde, perdió una distancia muy valuosa que le iba a costar toda la carrera para recuperarla.
Kyle Bush domina a placer
Tras mostrarse la primera bandera amarilla -más porqué la carrera estaba yendo demasiado deprisa que por incidente alguno-, el único hombre Hendrick en el top-5 era Jeff Gordon, que parecía estar controlando muy inteligentemente todos los movimientos al frente. Por esas posiciones empezaron a dejarse ver los Ford de Jack Roush, hasta ese momento muy discretos; Matt Kenseth y Greg Biffle parecían tener algo que decir, pero el peligro que suponían nunca fué manifiesto. Con la neutralización hubo detenciones a boxes, lo que dejaron a los Dodge de Reed Sorenson y Kurt Busch -que recordemos empezaba el 43ro- en cabeza de carrera al optar por no detenerse.
Se multiplican los problemas para Johnson
Pero eso no supuso problema alguno para que Kyle Busch, el hombre más fuerte del día, tomara de nuevo la iniciativa, llegado ya el ecuador de la prueba. No obstante, los Dodge mantenían bastante bien el ritmo del Toyota, algo que sorprendió a más de uno. Según se quejaba Johnson por radio, sufría un extremo sobreviraje que le impidía mejorar la 30ma posición en la que se encontraba. En otro plano, Mark Martin con el Chevrolet número 8 pinchó una rueda, pero pudo llegar hasta boxes sin molestar y por tanto sin necesidad que se mostrara bandera amarilla.
La llegada de Newman a las primeras plazas
A partir de la vuelta 120 empezaron a sudecerse hechos que cambiarían radicalmente el friso cronológico de la carrera. Por tercera vez, la 4ta parada en boxes fué nuevamente con bandera verde, algo que siempre es un riesgo en cualquier circuito. A Kurt Busch lo penalizaron con un drive-through por exceder la velocidad en boxes, mientras su compañero Ryan Newman se situaba en 2da posición tras las paradas. Por las primeras plazas apareció también Clint Bowyer, desdibujado en la primera parte de la contienda. Dale Earnhardt Jr. seguía a Newman de cerca, como también Tony Stewart. Entre ellos 2 y Kyle Busch parecía encontrarse el ganador de la carrera. Mientras tanto, Jimmie Johnson, tras un buen repostaje, ganaba 20 posiciones y volvía a estar en el top-10.
La atención se centró en Denny Hamlin, que tenía dañada una "aleta" trasera de su Toyota. Se rumoreaba que podrían sacarle la bandera de reparación obligatoria para poder seguir, aunque finalmente los comisarios decidieron que podría repararlo en su próximo repostaje. Más atrás la atención recae sobre el trio del equipo Michael Waltrip Racing, Reutimman, Jarrett y el propio Waltrip, que rodaban juntos entre las posiciones 18 y 20 en una sólida actuación.
Problemas inesperados para Jeff Gordon
En la 150 hay otra bandera amarilla de las que parecen sacadas de un bombo. Justo antes, los comisarios obligaron a Kenny Wallace a retirarse por no ser capaz de mantener la velocidad mínima en carrera. Todos los pilotos efectuaron parada, pero la sorpresa sobrevino con Jeff Gordon, que hizo claros signos que algo no iba bien en su coche. Tras pasar 3 veces por boxes para que sus mecánicos intentaran identificar qué sucedía, se dirigió directamente al garaje para intentar solventar el problema. Según explicaba el propio Jeff, se deformó una de las sujeciones de un triángulo de suspensión delantero, lo que impedía al coche rodar correctamente.
Primer accidente y cambio de estrategia de Dale Earnhardt Jr.
En la resalida los hombres de Gibbs Racing volvieron al frente, con Dale Jr. cerca y los pilotos de Roush a la expectativa. Enseguida se produciría el primer indicente serio de la carrera. El Ford de David Ragan pierde el control al salir de la curva 4, y en su camino hacia el muro se encuentra a su compañero de equipo Matt Kenseth, quedando ambos eliminados de la carrera. Se esperaban paradas en boxes de todos los participantes, pero la sorpresa llegó cuando Dale Earnhardt Jr. decide mantenerse en pista. Quedan aún casi 40 vueltas hasta el final, cuando la ventana de detenciones suele estar entre las 35-37 vueltas, lo que parece una táctica muy arriesgada, más por el desgaste de los neumáticos que por el consumo de combustible, pues es de esperar que en las últimas vueltas se ruede mucho tras el Pace Car.
El final de la carrera de Johnson
Ello dejaba a Dale Jr. en cabeza, con Dave Blaney segundo tras ganar 10 posiciones en boxes. En la resalida es Kasey Kahne quien consiguió liderar una vuelta tras la ayuda de Tony Stewart. En las siguientes vueltas, ya a menos de 30 del final, Stewart i Junior se alternaron en el liderato hasta que se produce una nueva bandera amarilla en la 176. Jimmie Johnson ha perdido el control en la curva 2, sembrando el pánico entre los que lo seguían, lo que provoca que Martin Truex Jr. también deslize junto al campeón. Aquí terminó el calvario del poseedor de la pole, que deberá remontar muchos puntos en las próximas carreras.
Precipitación de Montoya
Durante la neutralización, parecía que todos los que rodaban en cabeza se mantendrían en pista, pero en el último momento los 2 pilotos de Gibbs Racing dan un volantazo y vuelven a dejar a Dale Jr. solo, que por segunda vez decide no entrar a boxes. Ahora ya parecía excesivamente arriesgada su táctica, y su crew chief Tony Eury Jr. tampoco parecía muy convencido de la decisión tomada. Tras él estaban Bowyer, Newman, Jeff Burton y Greg Biffle. Justo al volver a ver bandera verde, Earnhardt perdió la posición con Bowyer. Por detrás llegaba Juan Pablo Montoya con mucho empuje por el interior. Se empiezaban a notar ansias de victoria en muchos pilotos que veían la oportunidad de ganar por primera vez la Daytona 500.
Ello conduce a que 2 vueltas después Montoya llegara a la zaga de Bowyer y, sin contenerse demasiado, contactase con su coche en el triovalo. Bowyer perdió el control y empezó a girar sobre si mismo a gran velocidad, provocando la bandera amarilla. Gracias a ello, ahora era Ryan Newman el que encabezaba el paquete.
El ataque final
Tras la resalida, los pilotos un poco más retrasados intentaban tomar buena posición para lanzar el último ataque. Con ello se producía un adelantamiento de 4 en paralelo en la curva 3, que acabaría con la precipitación de Kevin Harvick, que desequilibró a Dave Blaney mandándolo hacia el muro, donde se cruzó en el camino de otros pilotos. De nuevo la carrera estaba parada. En la cabeza, Jeff Burton había logrado pasar por meta en 1r lugar, con lo que a falta de menos de 10 vueltas empezó a creer que era posible una victoria. Como siempre que Burton está en esta situación, la atención recayó en los visibles nervios de su mujer Kim desde el muro de boxes.
Burton mantuvo la posición las siguientes 3 vueltas, mientras el gran protagonista de la carrera, Kyle Busch, se posicionaba cerca de él para tratar de sentenciar. Por el exterior progresaban con rapidez Casey Mears, Tony Stewart y Junior. Pero Mears intentó taponar el avance de Stewart, al que no dejó suficiente espacio entre él y el muro, provocando que el propio piloto de Hendrick saliera despedido hacia el muro y con visibles destrozos en su coche. A falta de 5 vueltas había una nueva bandera amarilla. Además, su único compañero de equipo superviviente, Dale Jr., había quedado, como consecuencia del incidente, muy lejos de la cabeza con solo 3 vueltas para finalizar.
Las esperanzas de Richard Childress de ganar dos años seguidos enseguida se esfumaron tras caer la bandera verde. Jeff Burton pareció una tortuga y las filas le superaron por ambos lados. Kyle Busch y Tony Stewart para Gibbs y Ryan Newman y Kurt Busch para Penske iniciaron el asalto definitivo. Stewart tomó la delantera con algo de ventaja, algo que no hacía presagiarle un muy buen final. Su compañero quedó algo retrasado, mientras el duo de Penske le siguió de cerca al iniciarse al mostrarse la bandera blanca de última vuelta. A partir de aquí el final ya es conocido.
